Escribe Martín Alexandre
River Plate es actualmente el mejor equipo de Florida y lo sigue demostrando.
En esta ocasión, se consagró bicampeón del “Declaratoria de la Independencia” tras vencer a Alianza, que no puso las cosas fáciles y estiró la lucha hasta la definición por tiros desde el punto de penal.
Los de la banda, campeones del Clausura y Tabla Anual, llegaron como favoritos ante los del interior del departamento, triunfadores del Apertura, en lo que significó una gran final que concluyó 1 a 1 durante los noventa minutos y tras los mismos se tiñó de rojiblanco. River ya le había ganado dos veces a Alianza y, como dicen, no hay dos sin tres…
UNA FINAL JUGADA COMO TAL…
La final contó con guiones lleno de emociones. En el comienzo, los riverplatenses tuvieron un par de chances; la de mayor perfume de gol fue una en la que Melián estuvo desacertado y el balón, desde trascendente posición, le quedó al “Ratón” Peula, quien no pudo anotar. Fabián “Huevo” Vázquez también tuvo una “clara” en la que perdonó.
Tras esas intentonas riverplatenses, Alianza pidió protagonismo y casi logró conseguirlo en las estadísticas más trascendentes del cotejo, cuando un tiro de media distancia pegó en el horizontal. Se agarraron la cabeza de un lado, pero luego del otro. Así fue la cosa, con un dinamismo de cornisa al borde del abismo constante, porque una final, y de fútbol, es vibrante. Malas para River cuando el bueno de Vázquez, acusó el dolor de un golpe y salió lesionado, ingresando en su lugar Darwin González, quien, a la postre, fue Dar-WIN (dio el triunfo). No obstante ello, momentos posteriores, ese cambio generó precisamente una modificación en el resultado, porque en un centro al área el balón tomó destino entreverado hasta que la agarro Darwin y la mandó, de la red, al otro lado. 1 a 0 y era justo porque dominaba el rojiblanco, que tuvo opciones de ampliar (por ejemplo, Melián le contuvo un mano a mano a Peula) pero se marcharon al descanso con ese resultado parcial.
PENALES ERRADOS SON GOLES EN CONTRA
En el complemento, de arranque, dos grandes situaciones para los riverplatenses –“Nacho” García y Peula en gran remate- que hicieron lucir de gran forma a Melián. En el otro arco, Fabio García era un mero espectador en ese entonces. La Copa iba tomando camino para la Plaza Asamblea cuando agarraron a Juan Gasso adentro del área y el juez Carlos Otaiza, de buena labor, señaló la falta. Sorpresivamente, el penal fue pena para Carlos Fernández, un jugador de muy buena pegada que en esta ocasión hizo una excepción a su definición y para cualquier lado mandó el balón.
Con eso Alianza hizo de Ave Fénix (es que además el cielo estaba cubierto de cenizas por lo cual era ideal el resurgir) y en un descuido defensivo rival, el querendón Álvaro Crucci puso las cosas 1 a 1. Momento de Alianza, que además se animo a más, ya que el técnico Sebastián Argul hizo una doble variante dando ingreso a Corujo y un peso pesado como Guillermo Baleztena por Durán y Britos respectivamente. De allí en más el trámite fue muy luchado, aunque con River como el más insinuante, chocando con Melián en un remate de Lucas Urbán y con el palo en otro de Darwin González, en el epilogo del match. Si no entraron esas en el cierre, era obvio que habría que ir a eso que unos llaman lotería, otros suerte o verdad y para nosotros es un poco de eso y un mucho de clase.
PENA PARA UNOS, ALEGRÍA PARA OTROS…
En la definición mediante tiros desde el punto de penal, la jerarquía y eficiencia de los jugadores de River Plate fue determinante. Diego Pérez empezó un camino que enseguida fue coqueto para los suyos porque la respuesta rival fue con Álvaro Crucci y la bola rumbo al palo. En el segundo, otra vez River anotó con Mauro Cardozo y Alianza desacertó porque el gran Fabio García adivinó las intenciones de Alexander Hernández.
Ya estaba todo dicho y uno de esos juveniles con pasta de jugadores como Esteban Ledesma puso el tercero y pese a que Alianza descontó por intermedio de Baleztena la Copa ya prácticamente tenía dueño. El moño se lo puso Darwin González, 4 a 1 en los penales, en su partido mas soñado; un pibe del Barrio, que transpira sangre riverplatense, hizo el tanto decisivo en los penales y ya había hecho el gol de un match que duró noventa minutos de un día pero para él duraran una vida.
Pues bien, los penales fueron alegría para River.
EL PRIMERO DE LA LIGA UNIÓN EN HACER LA FUERZA…
En fin, ahora vamos por partes. Lo de Alianza, no solo en la final, sino en el certamen, fue muy meritorio porque ascendió y estuvo a la par de los grandes clubes de la capital del departamento (ojo, no nos referimos a campeonatos departamentales) al punto de que habrá que ver detalladamente las estadísticas para recordar cual fue el último club que pasó de la “B” a la “A” y fue vicecampeón de un campeonato como el Declaratoria o de características similares al mismo. Para aplaudir porque muchos hinchas, chicos, medianos y grandes, llegaron y alentaron; al igual que sus jugadores, los simpatizantes de 25 de Mayo dejaron el alma y el corazón. La campaña es memorable porque, desde que se suscitó la fusión con la Liga Unión, ningún club del interior del departamento había estado definiendo esta competición.
NO AFLOJAN NI UN CACHO…
En la otra vereda, los de Pedro Mansulino no aflojan ni un cacho y están borrachos de copas. River está bien en todos lados. Gran trabajo de los dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, que unidos no fueron vencidos. Vencedores por ser los mejores, y ese reflejo no se ve solo en Primera División sino también en juveniles, ya que, por ejemplo, el pasado sábado, el alegre equipo Sub 17 riverplatense consiguió el Clausura y la Anual de la categoría. Hoy en día hay un RIVER que vale la pena ver y desde estas páginas, las felicitaciones a los campeones.
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