FUTBOLFLORIDA

martes, 3 de mayo de 2011

LA MÍSTICA DE DURAZNO



Una cierta mística
Ricardo Berrutti

El pasado sábado, 31 de abril, EL ACONTECER realizó un homenaje a los Campeones del Interior, la selección mayor de Durazno, y a los vicecampeones, los juveniles.
Como “de paso cañazo” la empresa me entregó un reconocimiento, digamos, por “escolaridad” ya que durante muchos años, fui fotógrafo de los más resonantes triunfos del seleccionado rojo, así como de alguna de sus amargas derrotas.
Por suerte para mí, fueron más los lauros que las lágrimas, de manera que era mucho más fácil trabajar en la alegría que en la tristeza.

Por una cuestión de cortesía, me invitaron a decir algunas palabras.
Por idiosincrasia, soy más que reacio a hablar en público, así que cuando eso me sucede, es cuando más valoro el silencio.
Tuve que improvisar, y fue en ese momento que recordé una frase de un ex presidente norteamericano (creo) que dijo que le llevaba semanas preparar un discurso improvisado.

Entonces, apelando a la memoria – una amiga bastante traicionera – recordé algunos de los grandes capitanes de la selección de Durazno, que habían sido verdaderos caudillos en cualquier estadio.
Desde que conozco a las selecciones, siempre, siempre, el capitán de la selección era un referente para su equipo, y para los ocasionales adversarios.
El jugador que imponía respeto, no por ser agresivo, ni por gritar, ni por provocar a nadie.
Solamente por su presencia.
Porque solo con verlo entrar a la cancha, bastaba para saber que aquel que iba al frente, era un Caudillo.

Desde el recordado “Negro” Vera, hasta el actual, Jorge Reyna.
Y recordé algunos a los que apenas vi jugar, y otros, a quienes seguí en su trayectoria futbolística.
Y recordé, de aquellos a quienes vi jugar, al “Chuco” Zarza, Alfredo Arambillet, y, los otros, a quienes seguí, Arzuaga, “Burriqueta” Morán, Enrique Aguirre, el “Sapo” Chiminelli, “Dobé” García “Falucho” Silva, el “Loco” Barité, “Pirincho” Irigoyen.
¿Qué tenían de distinto, que rara influencia ejercían?

Tal vez sea muy difícil explicarlo, y entenderlo.
Pero los grupos humanos que formaban, son la esencia de una mística que acompaña a la selección roja, y atraviesa generaciones con la aureola de gloria que se renueva, que renace y abarca décadas en el tiempo.

Dos breves anécdotas, de ese espíritu, que sigue vigente.
Cuando la selección de la cual era capitán el “Loco” Barité, se coronó como campeona del interior, el “Loco” con toda su bravía entrega y generosidad, levantó la copa, y gritó: - “ ¡¡¡Acá está!!! ¡Campeones del Interior…por setenta pesos!!!Eso es lo que trasmitían estos caudillos, del fútbol más laureado del interior del país.

Hace apenas unos días, Fernando Casanova, integrante del equipo Campeón, y compañero de trabajo en el diario, me contaba que antes del último partido frente a Salto, allá, alguien le preguntó cuánto iba a cobrar cada jugador, si obtenían el campeonato. –“Nada – le contestó el “Flaco”- solo el viático por jugar afuera”-Su ocasional interlocutor, le contestó que cada jugador de Salto, iba a cobrar una suma muy considerable si lograban el campeonato.
Y entonces, afloró eso que es mística, humildad y orgullo del jugador duraznense, de todos los jugadores duraznenses, y Casanova le dijo: -“¡Ah!, bueno…juegan por la plata…nosotros… nosotros jugamos por la camiseta!!!

Publicado en El Acontecer
Las negritas son nuestras y con la consideración al Sr Ricardo Berrutti a quien le felicitamos por el brillante artículo.

Cuanto habría que emular en otros lados!!!
Por eso es cuando decimos que mientras otras selecciones entran a competir, Durazno juega para salir campeón...
Jorge

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