El segundo tiempo de Salto. Los 5 goles. Fútbol del arte y el gol! Una ráfaga fenomenal!!
¿Cómo es eso del 0 a 0 del primer tiempo?. Qué relación guarda ese gris, rústico y apático trámite del inicio, con la catarata de la recta final, cuando Salto se transformó en un furibundo vendaval de fútbol y goles?.
Porque al cabo, ese complemento no implicó acaso, la exposición del que propuso, fue, quiso y reveló siempre, el estricto sentido de querer?.
La sobria compaginación del equipo, sobre todo en el plano defensivo, para que Florida resignara sin levante su ambición de ataque. Después…. el culto a esa manifestación de fútbol, fútbol y fútbol. Cuando en los 5’, Do Santos habilitó a Jacques y el delantero punzó al gol. Y en los 18’, poco menos que la herida de muerte que Florida nunca superó, cuando Luis Rodríguez plasmó el segundo, en medio de esa loca pasión ofensiva que los “paiquelandia” fueron exponiendo, sobre la base de la razón técnica y la pericia ejecutora.
PRODUCTO DEL
QUE JUGÓ A JUGAR…
La chatura argumental de los dos en los 45’ de inicio. La marca para gobernar y el vuelo creativo solo de vez en cuando. Aisladamente. Por los 4’, el turno de Morales para que Regueira resolviera y por los 35’ cuando entraba esa pelota enviada en corto por Joaquín Jacques, el rechazo de Irrazábal desviando. Los dos pensando más en el arco propio que en el de enfrente. El contrapunto de la pelota rebotada. La ocurrencia de la imaginación ocasional, sometida entre tanta pierna destruyendo. Con Florida de arranque manejando con mayor frecuencia el control de pelota, pero después, Salto fue planteando equilibrio para desnivelar, sobre todo a partir de una influencia: la de Maicol Suárez. Y en la misma medida, la amenaza de Jacques, para que el equipo en manos de Gabriel Paique, transparentara el valor clave de su fútbol: jugando a jugar. Buscando querer. El producto en cartelera que más valió.
BARRANCA ABAJO
La expulsión de Irrazábal a los 20’ de ese segundo tiempo. Seis minutos después, cuando el centro llega desde la derecha y Jacques golpea con la frente al gol. Lo relojeó al arquero y se la mandó ligeramente contra el vertical izquierdo. Allá fue. Allá Salto y el 3 a 0. Allá la impotencia de Salto.
Allá la rusticidad de Florida. Allá la creadora dimensión de Salto.
Allá el naufragio de Florida. Allá la regulada actitud de Salto, para fabricar la espera, dejarlo venir a Florida en concebida y fértil aptitud táctica, para descargar la ráfaga del contragolpe.
Florida se fue barranca abajo, pese al descuento, porque cinco minutos después, Joaquín Jacques partió casi de mitad de cancha. De última la gambeta al golero y toque de zurda con el arco desierto. 4 a 1.
Bríos mágicos de un justiciero vital. Velocidad, técnica, resolución. Todo!.
De última Jonhatan Do Santos, peleando esa pelota dividida. El remate a media altura y al segundo palo del pobre Taboada, crucificado sin piedad.
UNA VERDAD
SIN APELACIÓN
El Salto Campeón del Interior. En la decisión ante Florida, le desfondó diez veces la red. 10 goles “naranjeros” en tres partidos. Y lo bueno, saludable y generoso: la capacidad de reacción anímica y futbolística del equipo, después del disloque en el Dickinson, en la fatídica noche del 3-4 con Florida ganando.
Ayer, en el Goyenola de Tacuarembó, no solo la tercera fue la vencida, sino la que ofreció el dictado de un fútbol a la usanza de un campeón. El 5 a 1. El equipo-equipo en la segunda fracción. El ávido de Jacques que rompe esquemas y el funcionamiento general que se paró de pie.
Hubo que vivarlo.
Hubo que aplaudirlo.
Hubo que rendirle culto.
Al fin de cuentas, un acto de justicia, campante y sonante.
Con una verdad implícita. Esa de Salto. Y sin margen para la apelación.
Cosas de un rey. La historia de un rey….
-ELEAZAR JOSE SILVA
¿Cómo es eso del 0 a 0 del primer tiempo?. Qué relación guarda ese gris, rústico y apático trámite del inicio, con la catarata de la recta final, cuando Salto se transformó en un furibundo vendaval de fútbol y goles?.
Porque al cabo, ese complemento no implicó acaso, la exposición del que propuso, fue, quiso y reveló siempre, el estricto sentido de querer?.
La sobria compaginación del equipo, sobre todo en el plano defensivo, para que Florida resignara sin levante su ambición de ataque. Después…. el culto a esa manifestación de fútbol, fútbol y fútbol. Cuando en los 5’, Do Santos habilitó a Jacques y el delantero punzó al gol. Y en los 18’, poco menos que la herida de muerte que Florida nunca superó, cuando Luis Rodríguez plasmó el segundo, en medio de esa loca pasión ofensiva que los “paiquelandia” fueron exponiendo, sobre la base de la razón técnica y la pericia ejecutora.
PRODUCTO DEL
QUE JUGÓ A JUGAR…
La chatura argumental de los dos en los 45’ de inicio. La marca para gobernar y el vuelo creativo solo de vez en cuando. Aisladamente. Por los 4’, el turno de Morales para que Regueira resolviera y por los 35’ cuando entraba esa pelota enviada en corto por Joaquín Jacques, el rechazo de Irrazábal desviando. Los dos pensando más en el arco propio que en el de enfrente. El contrapunto de la pelota rebotada. La ocurrencia de la imaginación ocasional, sometida entre tanta pierna destruyendo. Con Florida de arranque manejando con mayor frecuencia el control de pelota, pero después, Salto fue planteando equilibrio para desnivelar, sobre todo a partir de una influencia: la de Maicol Suárez. Y en la misma medida, la amenaza de Jacques, para que el equipo en manos de Gabriel Paique, transparentara el valor clave de su fútbol: jugando a jugar. Buscando querer. El producto en cartelera que más valió.
BARRANCA ABAJO
La expulsión de Irrazábal a los 20’ de ese segundo tiempo. Seis minutos después, cuando el centro llega desde la derecha y Jacques golpea con la frente al gol. Lo relojeó al arquero y se la mandó ligeramente contra el vertical izquierdo. Allá fue. Allá Salto y el 3 a 0. Allá la impotencia de Salto.
Allá la rusticidad de Florida. Allá la creadora dimensión de Salto.
Allá el naufragio de Florida. Allá la regulada actitud de Salto, para fabricar la espera, dejarlo venir a Florida en concebida y fértil aptitud táctica, para descargar la ráfaga del contragolpe.
Florida se fue barranca abajo, pese al descuento, porque cinco minutos después, Joaquín Jacques partió casi de mitad de cancha. De última la gambeta al golero y toque de zurda con el arco desierto. 4 a 1.
Bríos mágicos de un justiciero vital. Velocidad, técnica, resolución. Todo!.
De última Jonhatan Do Santos, peleando esa pelota dividida. El remate a media altura y al segundo palo del pobre Taboada, crucificado sin piedad.
UNA VERDAD
SIN APELACIÓN
El Salto Campeón del Interior. En la decisión ante Florida, le desfondó diez veces la red. 10 goles “naranjeros” en tres partidos. Y lo bueno, saludable y generoso: la capacidad de reacción anímica y futbolística del equipo, después del disloque en el Dickinson, en la fatídica noche del 3-4 con Florida ganando.
Ayer, en el Goyenola de Tacuarembó, no solo la tercera fue la vencida, sino la que ofreció el dictado de un fútbol a la usanza de un campeón. El 5 a 1. El equipo-equipo en la segunda fracción. El ávido de Jacques que rompe esquemas y el funcionamiento general que se paró de pie.
Hubo que vivarlo.
Hubo que aplaudirlo.
Hubo que rendirle culto.
Al fin de cuentas, un acto de justicia, campante y sonante.
Con una verdad implícita. Esa de Salto. Y sin margen para la apelación.
Cosas de un rey. La historia de un rey….
-ELEAZAR JOSE SILVA
Texto y foto de Diario El Pueblo de Salto
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