Por Víctor Hugo Castro
El fútbol de Maldonado ha llegado a niveles de destrucción poco creíbles hace unos años. Los árbitros no quieren arbitrar en algunos escenarios y se quieren transformar en inspectores de canchas, los policías van a hacer guardia a los escenarios cuando se les antoja, alegando que le demoran el pago del 222 (antes no les pagaban en fecha y siempre concurrían). Las canchas son deprimentes, incapaces de conquistar a alguien para que pueda ir a ver un espectáculo. Los partidos en general son desastrosos, producto en buena medida del mal estado de las canchas.
Los dirigentes de Maldonado se preocupan más en robarle puntos en las oficinas a los contrarios que en ganarlos en la cancha. Seguimos con el fútbol dividido y presenciamos sin ningún problema cómo desaparecen instituciones. La gente no concurre a las canchas. Los hinchas de los clubes son cada vez menos. Los líos en los escenarios están a la orden del día y son provocados por los propios dirigentes, transformados en patoteros de cuarta. El nivel arbitral es pésimo en general, salvando honrosas excepciones como es el caso de Carlos Sotelo.
Este es el panorama que existe y que nadie puede negar.
Cuando me dedicaba de lleno a la actividad del periodismo deportivo, algunos decían que yo destruía, simplemente por el hecho de decir lo que otros no se animaban. Pues me retiré de la tarea hace unos cuantos años pero todo fue peor; conclusión: no era yo el problema, sino la excusa.
El tema es cómo hacemos para cambiar.
Pues bien, lo primero que hay que hacer es reconocer que estamos mal. A partir de allí podemos comenzar a edificar un camino diferente para nuestro fútbol.
Como primera cosa hay que terminar con el fútbol dividido. No más sectores capital e interior en el fútbol de Maldonado. Hay que integrarse para de esta manera ofrecer un mejor producto, no solo a los parciales, sino a potenciales sponsosrs, que tendrán que aparecer. Para que aparezcan los sponsors hay que hacer las cosas mejor, ofrecer algo mejor. Deberá existir un verdadero proyecto para el fútbol de Maldonado, proyecto que hoy no lo hay, y no lo hay porque tampoco hay hoy en el fútbol de Maldonado, a mi modesto entender, dirigentes capaces de ponerse a trabajar en algo serio. La carencia directríz es pavorosa. Lo único que se les ocurre a los dirigentes de Maldonado es golpear la puerta de la intendencia para que les tiren algún peso, lo peor es que la Intendencia les da.
Acá hay que exigir proyectos. Los dirigentes tienen que elaborar un proyecto de organización que se ajuste a la realidad de Maldonado, que fomente el deporte del fútbol, que genere más instituciones, que haga más poderosas a las que están.
Creo que el fútbol de Maldonado debe dar un golpe de timón. Olvidarse por un par de años de la OFI sería una buena manera de arrancar, una OFI que es el sumun de la incapacidad, trasformado en un ente recaudador incapaz de generar la práctica del deporte del fútbol. La prueba más elocuente es que han desaparecido no menos de 300 clubes en menos de 15 años en el fútbol del interior. Sin embargo OFI festeja cuando le sobra plata en las arcas.
Vamos a seguir con el tema.
Escribe: Víctor Hugo Castro
www.radiocontodos.com
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